El acceso a empleos dignos y formales sigue siendo un reto crucial para los Pueblos y Nacionalidades. Altos índices de informalidad, precariedad laboral y oportunidades laborales limitadas configuran un panorama en el que el subempleo y el desempleo se convierten en factores que perpetúan la exclusión social. La brecha en el acceso a la educación técnica y superior, junto con la discriminación estructural, obstaculiza el desarrollo profesional y el bienestar económico de estas comunidades. Las estadísticas reflejan que estas condiciones inciden directamente en la consolidación de ciclos de pobreza que exigen soluciones integrales y sostenibles.